PERDERSE, PERDERSE EN ALGÚN
LUGAR PARA ENCONTRAR....
Marzo 2022 / EdJ
LA MALQUERIDA
En la Plaza de la Constitución de Galapagar, y en muchos otros lugares del municipio, diferentes homenajes al Premio Nobel de Literatura D. Jacinto Benavente.
¿Y sabéis porqué?
Al contrario de lo que popularmente se cree, Jacinto Benavente nació en el nº 27 de la calle León, en Madrid, como nos recuerda la placa que figura en dicho lugar.
Sin embargo, el prolífico dramaturgo, autor de más de 170 piezas de casi todos los géneros teatrales (tragedia, comedia, drama, sainete) vivió los últimos años de su vida en Galapagar, junto con la familia de las conocidas Hermanas Hurtado, de las que fue padrino, y reposa en el cementerio de esta localidad.
En la obra de Jacinto Benavente dan cabida gran cantidad de ambientes, el rural, el urbano, el plebeyo y el aristócrata. Ya en 1983 en su obra Cartas de mujeres (1893) se aprecia su interés por la psicología femenina.
A estas obras le siguieron otras muchas: El nido, Gente conocida (1896), La comida de las fieras (1898), La noche del sábado (1903), El dragón de fuego (1903), Los intereses creados (1907), etc…
Dentro del drama rural nos deleitó con obras como El príncipe que todo lo aprendió en libros (1909) Señora ama (1908) y La malquerida (1913).
“La malquerida” es una dura pieza de teatro en la que el autor nos expone las desventuras y tragedias de dos mujeres dominadas por un hombre.
En esta obra Jacinto Benavente retoma de nuevo el tema de la dominación de la mujer por parte de un hombre de pocas luces, como ya lo hizo en su obra “Señora ama”.
En esta ocasión, nos traslada hasta la hacienda de “El soto”, donde habitan Doña Raymunda y su hija Acacia.
Al quedar viuda Raymunda, ésta contrae matrimonio en segundas nupcias con Esteban, que se enamora perdidamente de la joven Acacia.
Ciego por unos celos infundados, Esteban empieza a perseguir a todos los hombres que rodean la vida de Acacia, a la que empiezan a llamar ‘la malquerida’.
Jacinto Benavente construye esta tragedia familiar en forma de triángulo amoroso dándole un carácter incestuoso (madre-padrastro-hija), y consigue llevar a los personajes a situaciones límite a nivel emocional, mostrando la historia de una pasión y sus consecuencias.
Hasta allí me llevaron mis pasos. Pero como no queremos malos amores, si no libres y bonitos, qué mejor que Benedetti para regalarnos unos versos.
Disfruten.
“Te libero de mí, de mis males, de mi mal genio, de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más, del odio a mi cumpleaños, de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas.
Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento.
Te libero de mis llamadas que te saben a autocompasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, sin peinar.
Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huída inevitable.
Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras menos.”
Mario Benedetti